Cobre e Insensatez, fue la acertada calificación que dio The Economist a la propuesta de Donald Trump de aplicar un arancel del 50% al cobre. En los 60´s Estados Unidos era el mayor productor de cobre en el mundo y Trump cree que con esta medida se impulsará la minería y el procesamiento del metal rojo. Pero los expertos están seguros que este aumento de precios sólo afectará a los consumidores estadounidenses, pues EEUU depende de las importaciones de cobre en un 45% para satisfacer su demanda. Abrir una mina en USA se demora en promedio 19 años según S&P Global, y sus reservas son sólo el 10% de las reservas mundiales. Tiene al igual que nuestro país proyectos en espera como “Resolution” en Arizona, uno de los yacimientos más grandes del mundo pero que se encuentra debajo de un área considerada sagrada por los Apaches, por lo que está esperando hace 20 años los permisos necesarios.
América Latina sigue siendo la región líder en reservas, pero África ha liderado en descubrimientos en la última década, especialmente en la República Democrática del Congo.
El anuncio de Trump trajo consigo que los inventarios disminuyeran por el acopio que hicieran los importadores. Esta subida de aranceles perjudicará a los fabricantes de automóviles, especialmente a los eléctricos, así como a la industria de la construcción y a los centros de datos. Según The Economist el servidor de Nvidia conecta 108 procesadores mediante unos tres kilómetros de cable de cobre. Si este arancel tan alto persiste puede afectar el crecimiento mundial al incrementar la inflación en EEUU.
Según los conocedores Trump pudo dictar medidas más efectivas como favorecer la construcción de fundiciones para tratar chatarra, donde EEUU tiene un superávit, que toman 3-5 años construirlas, mucho menos que las fundiciones para concentrados. En general, hay mucho escepticismo que esta medida impulse en EEUU la instalación de minas y/o fundiciones que sólo serían rentables por un arancel muy alto, el que puede ser eliminado fácilmente.
Mientras esto ocurre, al 15 de Julio, el cobre registraba un precio promedio para el año de US$4.27/libra mientras que el año pasado había sido US$4.15. Una variación porcentual bastante menor que la que ha dado el oro que registra este año (hasta mediados de Julio) un promedio de US$3,105/onza cuando su promedio durante el 2024 fue de US$2,388/onza; un 30% de incremento. Por lo que las posibilidades de controlar la minería ilegal se reducen más.