Maria Chappuis

Análisis y Comentarios

Aranceles USA versus cobre

La guerra comercial que ha entablado Estados Unidos contra China sigue afectando el precio del cobre. Mientras que en Marzo el promedio mensual fue de US$4.41/lb; cayó a US$3.87/lb el 9 de abril, remontando ligeramente a partir de esa fecha.  El temor general es que se llegue a un punto, donde ya no es posible sentarse a negociar y el mundo caiga en recesión y todas las inversiones desaceleren el paso. El análisis de expectativas realizado por BCG muestra que sólo el 20% de los inversionistas norteamericanos prevén que la economía crecerá en el 2025. Este sentimiento era compartido por 65% en noviembre 2024. El 55% de los entrevistados espera una recesión y el 53% una inflación.

Por ahora el cobre está exento de aranceles. Sin embargo, la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio de EU está recibiendo opiniones tras iniciar la investigación que le fue encargada sobre el mercado de cobre. La prensa internacional ha informado que la mayoría de los comentarios sugieren que EEUU se abstenga de aplicar aranceles especialmente a países con los que  tiene suscritos Tratados de Libre Comercio como el Perú, recalcando que en nuestro caso China tiene sólo un 30% por ciento de participación directa en minas de cobre, mientras que empresas norteamericanas como Freeport (mina Cerro Verde) es una de las tres más importantes productoras nacionales, con aproximadamente 14.6%.

Las importaciones de cobre no representan una amenaza para la seguridad nacional de EUU. Las misivas que están recibiendo el BIS coinciden que EEUU debe autoabastecerse. La NMA (National Mining Association) ha señalado que las leyes de las minas norteamericanas son bajas y que los procedimientos para obtener permisos son lentos. Han pedido incluir al cobre como mineral crítico para que su producción tenga ventajas tributarias, recordando que su desarrollo puede tardar una década, y buscar soluciones a largo plazo.

Algunos mercados han avanzado tras la suspensión de gravámenes a los productos tecnológicos (teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, etc) a pesar de las amenazas del Presidente Trump que nadie se librará de los aranceles. Mientras que China ha iniciado un esfuerzo diplomático, buscando mayor cooperación regional con países como Vietnam, Malasia y Camboya; que también han sido bastante castigadas por la política arancelaria de Trump. Además China suspendió exportaciones de 6 de las 17 tierras raras que prácticamente se refinan exclusivamente en ese país, e imanes; lo que pone en riesgo a la industria automotriz, aeroespacial, semiconductores y defensa.

Según WSJ, Trump quiere que se reactive la producción minera para suministrar a la industria manufacturera  dentro de EEUU,  pero esto no puede ocurrir de la noche a la mañana, y no podrá cubrir lo que tiene que importar: aun cuando se establezcan procesos simplificados para la obtención de permisos. Algunas empresas anunciaron grandes inversiones, como Nvidia que fabricará los super computadores para inteligencia artificial por primera vez dentro de territorio americano, lo que demandará una inversión de 500,000 millones de dólares. Anuncios similares han sido realizados por Apple.

Sin embargo, aún cuando el gobierno de Trump obtenga más derechos mineros para empresas estadounidenses por sus negociaciones con Ucrania (tierras raras) o República Democrática del Congo (cobalto), dependerá de China para su procesamiento, que refina el 85% de tierras raras y el 83% del cobalto del mundo. Por esta gran capacidad metalúrgica, Perú exporta a China el 74% del cobre que produce, el 100% del hierro y el 97% de la plata, según lo registrado por Sunat al final de 2024.

La incertidumbre es lo que está marcando el mercado de los metales. Los precios del cobre y zinc están en descenso, el oro en niveles históricos y la plata repuntando, lo que favorece a las minas medianas de nuestro país. Trump puede seguir dictando Executive Orders, porque cuenta con mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, pero debe cuidarse de las próximas elecciones parlamentarias, donde el descontento social puede hacerles perder esta cómoda mayoría a los republicanos.

 

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