El gigante sudamericano se ha impuesto el desafío de potenciar los productos en los que es líder mundial, y reducir la brecha en los que es dependiente.
(LATINOMINERIA) Una inversión récord de US$68.500 millones prevé el sector minero brasileño para el quinquenio 2011 – 2015, según las cifras que maneja el Instituto Brasileño de Minería, Ibram. La mayor parte de este monto estaría repartido entre los estados de Minas Gerais, uno de los de más arraigada tradición minera como bien lo indica su nombre, y el amazónico de Pará.
Los proyectos abarcan diversos minerales, como hierro, cobre, oro, aluminio, bauxita, así como fosfatos, y la infraestructura requerida para llevar estos productos hasta sus mercados de destino.
Actualmente Brasil está entre los principales exportadores mundiales de niobio, mineral de hierro, manganeso, bauxita, tantalita, grafito y amianto; en tanto que tiene una dependencia externa de potasio, azufre, carbón metalúrgico y tierras raras. Potenciar el primero grupo y asegurar el adecuado abastecimiento del segundo, constituye un objetivo estratégico para el gigante sudamericano, según las autoridades de Ibram.
Un ejemplo de ello lo constituye el proyecto de potasio Carnalita, impulsado por minera Vale en el estado de Sergipe. Esta inversión del orden de los US$4.000 millones estaría en operación en 2014 y produciría 1,2 millones de ton anuales de potasio.
El consumo brasileño de este elemento –materia prima para los fertilizantes- rondó los 4 millones de ton anuales en 2011, en tanto que las importaciones representaron cerca del 90% de la demanda, según estadísticas oficiales. De ahí que disminuir esta dependencia externa es una prioridad del gobierno de Dilma Rousseff, y así lo ha manifestado la propia Mandataria, especialmente por los requerimientos de mayor productividad agrícola y alimenticia del país.
APORTE DEL SECTOR
El año pasado las exportaciones mineras brasileñas sumaron US$49.710 millones, mientras que las importaciones vinculadas a este rubro fueron de US$11.292 millones, lo que arrojó un saldo positivo para el país de US$38.419 millones.
Asimismo, la generación de empleo directo por parte de la minería asciende a unos 175.000 puestos de trabajo. Sin embargo, los estudios del ministerio de Minas y Energía de Brasil muestran que el efecto multiplicador es de 1:13 en el sector, es decir, algo más de dos millones de personas.
No obstante esta situación, uno de los principales desafíos de la industria minera brasileña –y compartida por la mayoría de los países mineros-, es la baja disponibilidad de personal calificado, lo que se agrava a juicio del Ibram, por el reducido número de cursos dedicados a esta actividad. Por este motivo en la entidad gremial sostienen que se requiere una mayor integración industria/academia.
Otros temas críticos para el rubro son la disponibilidad y calidad del recurso hídrico, y el elevado costo de la energía (cerca del 80% proviene de generación hidroeléctrica), que repercuten en la competitividad de esta industria. A estas preocupaciones se suman la falta de mayor conocimiento de la geodiversidad del amplio territorio brasileño, y el desafío que implica la minería en la Amazonía, entre otros factores.
Fuente / LATINOMINERIA