Maria Chappuis

Analisis y Comentarios

Como lo hicimos?

En el 2000 no había ninguna mina peruana entre las diez más grandes del mundo. En el 2014 aparece Antamina, en medio de seis minas chilenas. En el directorio que publicó el ICSG, en Julio 2015 aparecen Antamina y Cerro Verde, entre las 18 minas de cobre más grandes del mundo; junto con ocho minas chilenas. Peru Top Publications ha pronosticado que en este grupo selecto deben ingresar también “Las Bambas” y “Toromocho” hacia finales de este año.

Algunos analistas nos culpan por el exceso de oferta que ha hecho disminuir la cotización del cobre; pues según el USGS, desde 1950 el mundo cuenta con 40 años de reservas, pero en el último decenio 178 millones de toneladas de cobre fueron extraídos pero se descubrieron 230 millones, lo que refleja los avances tecnológicos de la industria cuprífera.
A los candidatos presidenciales se les ha preguntado cómo no detener la inversión minera. Sus respuestas han sido vagas o esotéricas, desde un gran “acuerdo con las industrias extractivas” (Barnechea) hasta “más comunicación de las empresas a las comunidades” (Fujimori).

Pero creo que leyendo el libro de Chuck Preble “An American Miner in Peru, A Lesson in Patience and Perseverance” se pueden encontrar muchas respuestas. En un lenguaje sencillo, Preble nos cuenta como la política ha sido determinante en el devenir de la minería peruana en los últimos 50 años, llegando a afirmar que a veces se fue “más bombero que minero”. Aunque el relato de Preble termina en el 1999, el lector puede extrapolar la secuencia pendular hasta nuestros días y pronosticar cuál será la tarea del próximo MINEM: desenredar toda la maraña que se ha formado, especialmente estos últimos años, de otra manera no aparecerán otros proyectos por largo tiempo.

Para comenzar este ”team” tendrá que tener bien claro cómo está la coyuntura internacional: hay proyectos en todo el mundo y las cotizaciones no serán exorbitantes, por lo tanto los proyectos que requieran abundante infraestructura o ciertos desarrollos tecnológicos en particular van a dejarse a un lado, para priorizar otros, posiblemente ampliaciones en unidades operando. Además los flujos de caja de las empresas mineras están bastante ajustados.

En cuanto al tema nacional, es necesario hacer escuela con los políticos y dirigentes, “tecnificando” la discusión. Porque este gobierno lo llevo hacia el “lado social” donde las discusiones pueden ser bizantinas, y el “acuerdo con las industrias extractivas” no llegar nunca.

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