Los peruanos no tenemos en cuenta la seguridad. Solo con ver el estado de los neumáticos de la mayoría de los vehículos se puede concluir esto.
Sin embargo la industria minera, grande y mediana, ha logrado en los últimos años bajar notablemente los índices de frecuencia y severidad de los accidentes que ocurren al interior de sus operaciones. El trabajo de reeducar al peruano, que nació y creció dentro de una cultura de “no-prevención” y “si-al-riesgo”, puede ser tomada como ejemplo para cambiar comportamientos negativos que tenemos los peruanos, que cuando hemos “subido un escalón”, nos portamos como si hubiéramos “subido toda la escalera”. Este cambio positivo en la gestión de seguridad de las minas tomo años, pero se logró, partiendo en enmendar cualquier acto inseguro por pequeño que fuera.
La industria minera se ha quejado de lo engorroso de la tramitología que padece en la gestación de un proyecto. Como respuesta se le ha comparado equivocadamente con la tesis de Alan García del “perro del hortelano”. Pero este negativismo no sólo afecta a ese importante sector económico. Lo sufren todos los peruanos que tienen un emprendimiento grande o pequeño. Porque no se trata del “perro del hortelano” sino “tengo-la-sartén-por-el-mango”.
Para cambiar este comportamiento tan peruano tenemos que comenzar aceptando que así reaccionamos. Los análisis a todo nivel, nos deben mover hacia un cambio empezando por pequeñas o micro situaciones que comienzan a nivel de municipalidades; desterrando todos esos “no” que emiten ciertos funcionarios, o su falta de sentido de urgencia. Transparentar toda la información posible y sistematizar los procesos podrían ayudar al gran cambio que necesitamos. Observamos que los portales de las instituciones públicas están ahora más pobres de información que hace unos años.
Pero quizás la “rendición de cuentas” sea en lo que más estamos atrasados. Una vez al año las instituciones deberían convocar a los ciudadanos a una jornada de apertura de información donde se expongan que hacen y por qué lo hacen, y se sometan al escrutinio de los administrados.