Maria Chappuis

Analisis y Comentarios

Minería: aprendiendo del Central

Recuerdo una entrevista de hace como 25 años a Emilio Peschiera, propietario del restaurante “El Otro Sitio” que apareció en El Mercurio, donde él esbozaba cuál era el “plan” de “exportar” la gastronomía peruana a todo el mundo y las repercusiones económicas que esto traería.

La estrategia comenzaba con mirar al mundo y analizar cuál era el nicho a “buscar”. Manejaban las cifras de lo que movía la industria de la “comida mexicana” no sólo en número de restaurantes, sino en producción de insumos, y también capital humano. Recuerdo que claramente decía que no iban a salir a competir en el segmento de “fast food” como la comida mexicana sino iban a buscar posicionarse en un segmento de “altos ingresos”. Viendo al “Central” ubicarse en el primer lugar de los mejores restaurantes del mundo, acompañado de otros 6 restaurantes peruanos más en puestos prominentes, vemos que se consiguió el objetivo.

Esta misma estrategia debe desarrollarse para la industria minera. En primer lugar mirar al mundo y examinar las cifras. Esto los mineros lo saben muy bien porque es una industria muy internacional y diariamente están familiarizados con las cotizaciones internacionales. Además hay excelentes estudios independientes sobre el desempeño de la industria minera como ranking de costos, reservas,  proyectos en cartera como también certificaciones ambientales, internacionales e independientes. Hay un sinnúmero de estos últimos, por lo que es ridículo que el Ministerio del Ambiente, pretenda emitir un “ranking” propio sobre desempeño ambiental (¿para qué?).

Pero a diferencia de la gastronomía, el sector minero tiene una debilidad: muy pocos conocen su dinámica. Por esta razón sorprende la poca importancia que se da al reemplazamiento de reservas fomentando las exploraciones, pero si a las posibilidades de fabricar baterías con litio peruano, aún cuando sólo se han reportado recursos.

Los jóvenes miran a esta industria como un sector donde obtener altos ingresos pero no por la modernidad y automatización que ha traído al país o por ser el motivador del establecimiento de infraestructura en el interior del país especialmente.

El reclamo minero por la tramitología no es un asunto particular de ese sector, es un mal endémico, es parte de nuestra cultura. El funcionario tiene el silencio como su arma de poder. Se demora para emitir una resolución mientras que los abogados se deleitan incluyendo más pasos y requisitos. Esto para pronunciarse sobre una relavera gigante o para otorgar una licencia para una bodega. No le importa cuánto le cuesta al país ésta demora.  Solo comparemos cuantos rompemuelles tenemos que pasar todos los días…cemento que no se ha usado para tapar los huecos de las pistas.

Por el triunfo del “Central” se han publicado muchos artículos sobre nuestros mejores cocineros. Tenemos el día para celebrar el cebiche y el pollo a la brasa.  Pero saben nuestros jóvenes sobre lo que hicieron Fermín Tanguis, Santiago Antúnez de Mayolo ó Eulogio Fernandini por ejemplo?.

Mientras que no tomemos la decisión como país de dejar nuestro lado pomposo y busquemos la eficiencia en serio, corrigiendo todas nuestras debilidades, no enrumbaremos hacia el desarrollo.

 

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